8 jun 2012

¡Hagamos un Mercadillo!

Aunque voy a hablar de un mercadillo muy modesto, no puedo evitarlo, es ver la palabra mercadillo y mi mente vuela al templo de la modernidad y la vanguardia, el conocido Camden Town Market londinense. Es, sin duda, el sitio donde más paleta me he sentido. Incluso llegué a pensar muy seriamente que estaba en otro planeta o en otro tiempo husmeando entre la ropa y los complementos de la Cyberdog shop.

Cyberdog shop (Londres)
Recuerdo incluso que, tras ver los maravillosos modelitos de Dark Side en Camden Hight street, estuve varios días obsesionada con hacerme gótica!

Dark Side (Londres)

En fin, la conclusión que saqué es que hay que Camdenizarse un poquito, sin perder el norte por supuesto, pero sí buscar un toque más divertido para alegrar nuestro estilo.

Volviendo a lo que yo tenía intención de que nos ocupase, de lo que os quería hablar es de un pequeño mercadillo, sin más pretensiones que recaudar algo de dinero para poder cubrir los gastos de las actividades que realizan los alumnos de la Escuela Infantil Zaleo y que no están cubiertas por la Comunidad de Madrid (que dicho sea de paso cada vez cubre y cubrirá menos gastos de la enseñanza pública; pero esa es otra historia).

Así, el AMPA de la Escuela decidió preparar un mercadillo para sacar fondos vendiendo tanto cosas que ya no se usen y estén en buen estado, siendo de paso un poquito más sostenibles, como cosas hechas por nosotros mismos que pudieran interesarle a los demás. Así que La Niña Sandía no sé lo pensó dos veces, tenía que estar allí y echar una mano en lo que pudiese. Me puse manos a la obra e hice varias piezas, todas de ganchillo: marcapáginas, broches, horquillas...

marcapáginas de ganchillo


horquillas con rosas de ganchillo

Aprovechando la excusa continué con mi serie de sandías varias, con marcapáginas, broches, amigurumis, etc, todos con motivos de sandía. No lo puedo evitar, la cabra tira al monte...

sandías variadas

Un grupo de mamás y papás recogimos, clasificamos, etiquetamos los precios e hicimos todo el montaje del mercadillo. La gente donó cosas de lo más variopinto, pero sobre todo juguetes, muñecos, bisutería, bolsos, y alguna manualidad de nuestras mamás más laboriosas. Los encargados de atender los puestos eran los niños más mayores de la Escuela (5-6 años); conseguimos así que les sirviese como ejercicio de práctica para hacer operaciones matemáticas sencillas con el dinero.

marcapáginas, horquillitas y pinzas de washi tape en el mercadillo de Zaleo

La verdad es que la iniciativa resultó un éxito (tuvimos que aumentar los días de "venta al público"). Casi todo el material que hice se vendió; el resto lo repartí entre las madres que ayudamos con la venta. Por contaros un detalle, decoré unas pinzas de la ropa con wasitape, en principio para sujetar los precios. Bueno, ¡pues se vendieron todas!

En conclusión,, que ha sido una bonita experiencia... pronto empezaré a pensar qué hacer para el año que viene!

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